Amigos, nos han robado también la sal, nos la han birlado de la mesa, y a cambio nos han puesto una cosa que nos hace enfermar. Es muy difícil de entender que algo tan básico como la sal haya acabado por ser un tóxico que nos afecta de manera tan directa todos los días y a todas las horas.
Como en Navidad se viaja para estar con la familia biológica, me veo año tras año diciendo casi siempre lo mismo: “Veo que aún se sigue usando esta indecencia de sal para cocinar... ¡Cuándo llegará el día de mandarla a hacer puñetas!". Me refiero a la sal blanca, la sal común. Así que últimamente viajo también con sal marina o sal del Himalaya y también con una botella de aceite de primera presión. Es como una cruzada de la que no pienso desistir.
La maravillosa sal marina de siempre nada tiene que ver con la sal de mesa de uso habitual, metida en los hogares durante estos últimos 30 años. La sal marina es el resultado de la evaporación del agua del mar, se trata de un compuesto de más de 80 elementos estables de la tabla periódica, esa sal es una sal de verdad, una maravilla. Sin embargo la sal común refinada, que ha invadido las casas de todos los países occidentales, es un subproducto conseguido a través de un proceso industrial llevado a cabo con temperaturas de cerca de 700ºC que altera de raíz su especial estructura cristalina.
Conclusión: intentan poner en nuestra mesa un producto altamente manipulado que genera retención de líquidos, obesidad, celulitis, esclerósis, artritis, gota, reuma, hipertensión, insomnio, fatiga, úlceras, caída del cabello y un largo etcétera. Entonces. Esta es mi propuesta: tirad esa sal de mesa de uso habitual, tiradla hoy mismo; SAL DE TU CASA, ve a un herbolario y compra sal marina sin refinar que no contenga ningún conservante ni antiapelmazante (la sal de la Bretaña francesa es muy buena); podéis adquirir también la sal de cristal o sal del himalaya, las dos son baratas y os van a durar mucho tiempo.
En este enlace se habla, sobre todo en la segunda parte del apunte, de alguna forma de desintoxicación que puede llevarse a cabo con la sal de cristal de roca:
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”.
Imagen facilitada por el arqueólogo Vasil Nikolov de una parte de la ciudad más antigua de Europa
Sofía, 9 oct (EFE).- Un equipo de arqueólogos búlgaros asegura haber hallado en la parte oriental del país los restos de una ciudad de 6.700 años, que califican como la urbe más antigua de Europa.
Así lo afirmó hoy a Efe el jefe del equipo, el profesor Vasil Nikolov, quien apuntó que el origen de la ciudad puede datarse en entre el 4.700 y el 4.200 antes de Cristo.
"Se trata de las fortificaciones de piedra más viejas y masivas en el período prehistórico que se han documentado hasta el momento en Europa", declaró el profesor.
La expedición arqueológica ha desenterrado murallas de entre dos y tres metros de grosor y tres de altura que Nikolov afirma servían para evitar asaltos en busca de unas de las materias primas más preciadas de la época, la sal.
"La sal tenía entonces el valor que hoy día tiene para la industria moderna el petróleo", relató el profesor, que recordó que la sal era usada como moneda en un tiempo en el que el oro o el cobre sólo eran empleados como símbolos de prestigio.
La ciudadela, a unos 50 kilómetros de Varna, en el Mar Negro, había desarrollado un negocio a gran escala que incluía el transporte de sal hasta grandes distancias en regiones sureñas, donde intercambiaba ese producto por otros alimentos y mercancías.
Según el arqueólogo, las pruebas halladas de esta producción especializada y la presencia de murallas de importancia muestran que se trataba de una ciudad y que la datación exacta de algunos artefactos encontrados permitirán demostrar que es la más antigua de Europa.
La presencia de casas de dos plantas, algo extraordinario para la época, muestra que los 350 habitantes que se calcula tenía la ciudad eran muy ricos.
Los investigadores han comprobado que la ciudad se situaba sobre un enorme yacimiento de sal con un diámetro de hasta 9 kilómetros y una profundidad de unos 15 kilómetros.
La sal se extraía gracias las aguas subterráneas que manaban a la superficie y que eran recogidas en vasijas y luego evaporadas para recuperar la sal.
Los expertos creen que la ciudad estuvo habitada durante unos 500 años y que después se abandonó al secarse los manantiales que sacaban la sal a la superficie.
Nikolov destacó que el análisis de las tumbas ha revelado la existencia de rituales funerarios muy peculiares. En algunas sólo se encuentran la mitad superior del cuerpo, el torso y los brazos, sin que se hayan localizado las extremidades inferiores.
En una fosa se encontró un esqueleto con un hueso clavado en la pelvis.
El experto recordó que en esta región ya se encontraron en 1972 las muestras de oro procesado más antiguas del mundo, unos 3.000 objetos y joyas de esta metal localizados en unas 300 tumbas y cuya edad se calculó en unos 6.400 años.
La concentración de sal en el agua del mar está directamente relacionada con la circulación oceánica profunda, con el ciclo del agua en el planeta y con el clima. Dentro de poco empezará a conocerse con gran precisión la salinidad del agua de mar en todo el globo gracias a un satélite que ha sido lanzado al espacio y que, tras un par de meses de calibración de los instrumentos, sobrevolará la Tierra entera cada semana tomando datos para conocer los cambios mensuales, estaciones y anuales de concentración de sal en la superficie oceánica. Es el satélite científico SAC-D, de Argentina, cuyo instrumento principal es el Aquarius de la NASA, el sensor dedicado a la salinidad.
La misión de observación de la Tierra Aquarius/SAC-D lleva un instrumento
especial para medir la salinidad de las agua superficiales oceánicas.- NASA/CONAE
Un cohete Delta II ha puesto en órbita hoy el Aquarius/SAC-D tras el lanzamiento desde la base aérea de Vandenberg (California) y los primeros datos indican que todos los sistemas funcionan correctamente. El SAC-C (Satélite de Aplicaciones Científicas) es una misión de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales argentina en colaboración con EE UU, Brasil, Canadá Francia e Italia. Está previsto que funcione en órbita, al menos tres años, dando vueltas a la Tierra a 657 kilómetros de altura y casi sobrevolando los polos. El coste de la misión asciende a 225 millones de euros, de los que la NASA aporta 162 millones.
"La salinidad es el pegamento que une dos componentes fundamentales del complejo sistema climático terrestre: la circulación oceánica y el ciclo global del agua, y el Aquarius realizará el mapa global de las variaciones de salinidad con detalle sin precedentes, lo que debe conducirnos a descubrimientos que mejorarán nuestra capacidad de predecir el clima futuro", ha declarado Gary Lagerloef (Instituto de Investigación de la Tierra y el Espacio, Seattle), investigador principal de Aquarius.
El Aquarius, mediante tres sensores (tadiométros) que captan las emisiones térmicas en microondas de la superficie del agua, permitirá medir la salinidad del agua con gran precisión: la concentración de sal en el océano abierto varía en torno a unas cinco partes por mil y el Aquarius, con su tecnología avanzada, permitirá detectar cambios de salinidad de hasta dos partes por 10.000, lo que equivale a un pellizco de sal en cuatro litros de agua. La resolución del instrumento es de 150 kilómetros. Un sistema de radar medirá las olas para poder restar su efecto sobre los datos de concentración salina.
La superficie oceánica es una interfase de intercambio constante agua y calor con la atmósfera terrestre hasta el punto de que el 80% del ciclo del agua global (agua dulce evaporada del océano al aire, precipitación al suelo y de vuelta al mar) se produce sobre el océano. Además, la sal hace que el agua del mar sea más densa y se hunda, incorporándose a las corrientes profundas; hay que recordar que la llamada cinta transportadora desplaza masas de agua del océano mundial desde los hasta las regiones polares, ayudando a regular el clima del planeta. Los datos de esta misión permitirán mejorar los modelos de proyección del cambio climático, indican los especialistas.
Además del Aquarius, el SAC-C lleva otros siete instrumentos que tomarán diferentes datos para diferentes áreas de observación, desde desastres naturales y volcanes hasta calidad del agua, hielos y diferentes procesos terrestres, explica la NASA en un comunicado.
En esta temporada de gripes, quizá recuerde el viejo consejo de hacer gárgaras de agua con sal. Se preguntará si es un mito o si de verdad funciona. Le cuento que para la garganta que pica y duele y para la congestión respiratoria, el agua con sal parece que sí ayuda. Según el editor del libro de remedios caseros del Mayo Clinic, la solución salina ayuda a quitar el exceso de líquido de los tejidos inflamados en la garganta, logrando que el dolor disminuya. Es decir, el hacer gárgaras de agua con sal, afloja la mucosidad y remueve alérgenos, bacterias y hongos de la garganta. Además, un estudio publicado en el 2005 en el American Journal of Preventive Medicine, encontró que hacer gárgaras de agua con sal tres veces al día, previene en un 40% la posibilidad de sufrir infecciones en la garganta y las vías respiratorias.
Así que si lo requiere, disuelva media cucharadita de sal en un vaso lleno de agua tibia y haga gárgaras. Las de agua tibia con limón y miel, también ayudan a aliviar el dolor y la congestión.
Últimos comentarios