El Mar Muerto se muere
-Registra un grave descenso de sus aguas debido a la construcción de presas y la falta de lluvias.
-Desde hace años pierde hasta 650 millones anuales de metros cúbicos.
-Los expertos piden medidas urgentes.
El Mar Muerto puede entrar en estado de coma si no se toman medidas urgentes para remediar un pronunciado descenso de sus aguas, que en enero se ha cuadruplicado debido a la construcción de presas y la falta de lluvias.
"En enero ha bajado 20 centímetros, cuatro veces más de lo habitual", alertó este martes el hidrólogo Amos Bein. El especialista explicó que el ingreso de agua se ha frenado drásticamente por la construcción en el lado jordano de varias presas; cuatro alrededor de la cuenca, y algunas otras al norte.
Según el experto, esas presas frenan las corrientes que antes fluían hacia el río Jordán, principal abastecedor del Mar Muerto. El déficit provocado por esas presas asciende a 100 millones de metros cúbicos, que se suman a los entre 450 y 650 millones anuales que pierde desde hace un lustro, según estadísticas comparativas.
En estos momentos el nivel del Mar Muerto se ha situado en los 420,94 metros por debajo del nivel del mar; y sólo en los últimos doce meses ha descendido 1,17 metros.
Tras subrayar que el descenso de enero se ha producido en un mes abundante en agua, Bein se mostró pesimista respecto al futuro. "En los próximos meses el descenso será también más acentuado, y después habrá que ver cómo se le restituye el agua, o se agravará el problema", sostuvo.
Un metro de altura por año
Pese a que cada año pierde de promedio un metro de altura (debido a que en los meses de verano pierde mucha más agua que en los de invierno), los expertos aseguran que el insólito lago, donde la alta salinidad hace flotar al que entra en sus aguas, nunca desaparecerá.
Situado en la frontera entre Jordania e Israel sobre la llamada falla sirio-africana, el llamado en la Biblia "Mar de Sal" es uno de los lugares más inhóspitos del planeta, con temperaturas que en el verano superan los 40 grados a la sombra.
Cada año miles de visitantes llegan a la región para flotar en sus saladas aguas. De hecho son tan saladas que difícilmente se puede nadar.
La salinidad normal en los oceános es de 35 gramos por litro, pero el Mar Muerto contiene de 350 a 370 gramos por litro. Es por eso que ningún organismo vivo puede vivir en él.
Y a pesar de que el mar Muerto carece de vida silvestre, en la región que lo rodea se ubican algunos de los ecosistemas más únicos del mundo.
Pero según los expertos el nivel de sus aguas está disminuyendo un metro cada año y el lago ha perdido un 30% de su tamaño original.
En ciertos puntos de la zona, la costa se encuentra hoy en día a 600 metros de donde se encontraba hace 20 años.
Si no se hace algo urgentemente, dice la organización ecologista Amigos de la Tierra, el Mar Muerto literalmente morirá.
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El Mar Muerto en Los comentarios sobre la sal (1572-79) de B. Gómez Miedes
VULG. Gen. 14, 3: Omnes hi convenerunt in vallem Siddim, quae nunc est mare Salis.
II 44, 5. Los habitantes de Sodoma y Gomorra, que conspiraban vergonzosamente contra las castísimas leyes naturales, tampoco se libraron de su merecido esparcimiento de sal. Una lluvia de azufre y fuego enviada desde el cielo los aniquiló vivos, y toda la región en derredor fue luego sepultada e inundada por el mar, el cual, a partir de los sagrados comentarios de Moisés, supimos que recibió en consecuencia el nombre de mar muerto, de sal o mar del desierto y saladísimo.
I 52, 1-2. Por esta razón algunos pensaron que las aguas del mar Caspio o Hircanio, que mira hacia el oriente y está situado junto a las provincias de Media y Margiana, necesariamente tenían que corromperse, por un lado, porque está alejado del Océano y de todo mar y se halla contenido dentro de un espacio de tierras muy reducido y estrecho (tiene una extensión total de no más de quinientos mil pasos*), por otro lado, sobre todo, por causa de los ríos tan numerosos que desembocan en él. Es decir, que, al sobrecargarse con la constante afluencia de estos ríos, lo normal es que se desbordara o bien que, debido a la salinidad que se pudre si se la tapona, las aguas estancadas allí se volvieran pútridas y corrompidas.
Esto sucedería si no fuera bastante probable que el golfo Pérsico del Océano Índico o bien el ponto Euxino, mares cercanos de un lado y de otro, se mezclaran con el Hircanio a través de pasos subterráneos y, una vez unidos por las dos zonas, se continuara la mezcla de las aguas y tuviera lugar entonces una continua comunicación de la salinidad por ambas partes del mar. Esto, sin embargo, no puede producirse en el lago Asfaltite de Palestina o, por mejor decir, el Mar Muerto (llaman a ambos Sodomeno), que se une al cercano golfo Arábigo también por sus profundidades.
Y esto es así por la densidad y el peso abrumador de las aguas del Sodomeno, que impiden que la salinidad del otro mar se mezcle con la suya. Además, el betún que brota en él lo vuelve más amargo, más denso y con menos posibilidad de mezclarse. No obstante, las dulces corrientes del río Jordán, que desembocan en el propio Sodomeno, penetran en ambos mares con sus características aguas delgadas. Y no es una contradicción el hecho de que Moisés le llame saladísimo, pues es lo mismo que si le llamara amargo; ciertamente una salinidad excesiva, como he expuesto, acaba convirtiéndose en algo amargo.
II. 74 3. Existen además lagos que hierven en sal, no sólo por el calor externo, sino por el lugar sulfúreo y bituminoso en el que están, como el Asfáltite en Judea, llamado «mar muerto» o de «sal», sobre el que ya he hablado. De él se extrae la «sal náftica», llamada así porque se saca del betún, del cual abunda el lago en grandes proporciones; sin embargo, es de sabor amargo, que se contrae o bien del betún o bien de una cierta corrupción, por así decirlo, de las aguas, pues debido a la gran proporción de agua grasienta que contiene, casi ningún viento con su movimiento la agita ni la limpia. Esta sal también es llamada «sodomena», por la ciudad de Sodoma, que allí fue inundada antaño con agua y reducida a fuego por un rayo sulfúreo.
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* El paso romano equivale a 5 pedes, 1,478 m. Una milla, mille passuum 1.478 m.
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Publicado por: Ethan Ellison | 05/22/2010 en 04:26 a.m.