CABEZÓN DE LA SAL
El origen de su denominación se remonta a los tiempos de la invasión romana, su nombre es precisamente Cabezón, una medida romana, que dicho imperio utilizaba para la compra y venta de la sal. Posteriormente, al nombre de Cabezón se le dio el apellido de la Sal, por ser esta su principal riqueza. Además de la Conquista e invasión de los romanos y los galos, también los moros se apoderaron de sus tierras, aunque en este caso, fue rescatada por Don Alfonso el Casto, intervienen además Pedro I de Castilla (en el 914) y su hermano Enrique II.
El principal interés histórico viene dado, como ya se ha reflejado anteriormente, por la explotación de los pozos de sal, en Cabezón, en Vernejo y Carrejo, que con las desembocaduras del Besaya y Pas, eran los núcleos salineros principales de Cantabria.
El poder económico de las salinas, vincula sus derechos de explotación a la Abadía de Santillana del Mar, así como numerosas propiedades patrimoniales (tierras, aguas, molinos, etc).
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